tequiero
fue de repente, sin previo aviso, lo escupí, sin querer, rápido, bajito, corto, pero sobretodo especial, porque demuestra que ya te necesito hasta de forma inconsciente; a ti, a tu borderia y asquerosidad, a tus malas maneras y a la costumbre de no saludarme, que sin duda tendrá que acabar, a tu forma de decirme las cosas sin pensar en las consecuencias; y a tus besos lentos y suaves, a tus abrazos y suspiros, a tus escasas pero irrepetibles palabras de afecto, a las discusiones sobre cualquier tema, a las tardes a escondidas, a los planes de fuga y a las noches en las que los besos van con cuentagotas.
si, creo que esto marcha bien.
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