domingo, 13 de enero de 2013

Es difícil decirles que todo va a salir bien cuando ni siquiera yo lo tengo claro. Resulta imposible convertirse en un buen pilar de los que consiguen que no se desplome todo el edificio cuando no te quedan fuerzas para sostener tu propia cabeza que se asoma entre libros y montones de apuntes empapada en lágrimas de agobio y miedo a que tanto esfuerzo no sirva para nada, y cuando te miran con  ojitos de ``necesito un hombro que sepa nadar y que no se ahogue entre mis lagrimas´´ tienes que sacar argumentos de donde ya no te quedan y  tirar pa´rriba.

Siempre me había considerado fuerte; era capaz de sonreír ante adversidades y con mi pachorra ganaba batallas de las duras, hasta que llegué a 2º de Bachiller.

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