martes, 6 de mayo de 2014

Me he atrevido a contároslo...

Ya casi nos hemos fumado primero de carrera. 

      Así, sin previo aviso ni nada, de repente, se acaba. Y aunque ha pasado a la velocidad de la recta de Cov/bas, si paras un segundo, y piensas, creyendo por un momento que puedes permitírtelo, en estos meses han sucedido mas cosas de las que alcanzas a recordar. Pero lo más importante; ha habido cambios, no muchos, pero si muy grandes. 

        De nuevo, por sorpresa, hemos crecido, y por ello, cambiado. Muchas experiencias, y muy intensas, mucha gente, y muy intensa... .

      Somos oficialmente mayores, y eso, como ya predecíamos, no es bueno. Pues ser mayor significa dejar de ser pequeña; y junto a eso un millón y medio de cosas más. No digo, ni por asomo, que seamos super maduras o que seamos super adultas, pues nos sigue gustando salir hasta ya ni entrar, sentarnos en cualquier acera, o tomar el sol en cualquier banco de cualquier ciudad. Y nos sigue matando tener que encerrarnos en una biblioteca tarde si, tarde también (principal motivo de que no lo hagamos) y seguimos ahogándonos en nuestros respectivos vasos de agua, o termos de café (muchísimo mas cool, donde va a parar).

     Pero somos mayores porque hemos sobrevivido nueve meses sin mamá y sin papá, al menos cinco días a la semana, y con el congelador petao de tuppers, pero... lo que cuenta es que hemos sido independientes de lunes a viernes de septiembre a mayo (siendo muy optimistas y esperando volver en junio a casa), y eso, quieras que no, te hace crecer; valoras la típica frase de "Llevo todo el día sin sentarme", descubres que el polvo aparece mas a menudo de lo que pensabas y en lugares que ni sabias que existían, y, sobretodo, amas aún mas la comida de casa, hasta el pescado, pero no porque en tu casa se coma como en un restaurante de estrella michelín, si no porque cuando llegas el plato está en la mesa, y no tienes que hacerlo (o descongelarlo porque se te ha olvidado sacar el jodido tuper del congelador, en el que por cierto podrías montar una estación de esquí, el día anterior). Pero volviendo al tema; que hemos crecido, y eso es sinónimo de cambio. Cambiamos, todos, para bien, o para mal.

          Yo no se si he cambiado demasiado, o si lo he hecho para bien, o para mal. Lo que se es que tengo que dar las gracias en general a los que habéis permanecido ahí a pesar de las curvas, o de la distancia. A los que os conformasteis con un skype al mes, y a los que, por el contrario, me habéis descubierto cada mañana. Y cada tarde. Y cada noche. 





PD: La pregunta es: 
¿Hemos cambiado tanto como para ser incompatibles? 
Dicen que una imagen dice mas que mil palabras. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario